lunes, 6 de noviembre de 2023

Todos los fuegos

 


Hoy la tarde es para mí, se dijo mientras cerraba el libro y se acurrucaba en la cama para echar la siesta. “A Mari se le murió el marido y ahora está sola”, la conversación de las dos mujeres en la calle se escuchaba nítidamente en la habitación, mezclada con el ruido del tráfico de las cuatro. Esto es lo que pasa mientras duermes: la vida. Los romanos siguen levantando el primer muro de la ciudad para protegerse de las tribus vecinas, la historia, que sigue aconteciendo. Le vino a la mente un relato de Cortázar que después buscaría para releerlo, no recordaba el título.

Pensó que así podría escribir su anhelada novela, anotando todo lo que le viniese a la cabeza, porque si no, ¿cómo hacer para escribir tantas páginas? Podría ser el método, porque necesitaba escribir o, de lo contrario, terminaría por volverse loco. Este último periodo de dos meses en el desempleo le estaba minando por dentro, la inactividad mental le estaba ablandando los sesos.

Todos los fuegos el fuego, el relato de Cortázar, qué ironía, esto solo podría pasar con Cortázar, la isla lleva días abrasándose bajo las llamas; duermo en un lecho calcinado.

No sé sobre qué están escribiendo los escritores de mi tiempo, sobre religión probablemente, la literatura siempre ha sido una cuestión de fe. Otra ironía, mi hijo en la habitación de al lado estudiando para el examen a los padres de la iglesia: Machado, Juan Ramón Jiménez, etc, etc, etc.

Supongo que cuando digo que esta tarde es para mí, me refiero a que voy a escribir, el resto de lo que hago es para el otro, “yo es otro”, qué diablos quiso decir Rimbaud, qué hacía Rimbaud durante la Comuna de París, lo buscaré más tarde.

¿Necesidad de la literatura? Ninguna. La fe no es necesaria, se puede morir sin creer en nada.

Escribir desde otro lugar, tal vez desde Marte. La literatura futura se hará en otros planetas, allí llevaremos nuestro mundo, el mundus de los romanos y su dios de la guerra. También crearemos ciencia y filosofía; pasarán millones de años y se nos olvidará el quiénes somos y el de dónde venimos y estudiarán nuestros restos para reconstruir nuestras civilizaciones y nuestro pensamiento. Y se lo inventarán todo, claro: religión, literatura… Aunque, tal vez, dejen de necesitar el lenguaje, entonces pasaremos a ser otra cosa.

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