Aquí no entra nadie que no sepa geometría.
Frase grabada en el frontispicio de
la Academia de Platón.
Para alguien a quien el mundo se le ha
vuelto incomprensible, nada peor que darse a leer literatura científica. Se
pueden llegar a entender, con más o menos esfuerzo, los modelos explicativos de
la física, deleitarse, incluso, en el movimiento armónico con el que un baile
de signos edifican su complejo de ecuaciones; pero al cerrar los libros y
volver a encarar la realidad evidente, el mundo sigue ocupando la misma
incógnita.
Me pregunto si la
matemática es la verdadera herramienta que debemos usar para aprehender la
naturaleza o si no es más que una eficaz adecuación entre dos representaciones
especulares; si esta fe inquebrantable en lo numérico es nuestra forma de
seguir rindiendo culto al ideal divino de los pitagóricos.
Quizás, el genio maligno
de Descartes estaba dictándole las coordenadas erróneas. Quizás Nietzsche,
cuando gritó que Dios ha muerto, nos estaba anunciando el fin de un orden
geométrico.
Algo de razón tienes. Cuando leí varios libros de Eduardo Punset entre El viaje a la felicidad me dejó un mal sabor de boca porque efectivamente a medida que avanzaba en la lectura, no entendía casi nada con ese lenguaje mezclando física con emociones, me sentí bastante pérdida con la lectura de este libro de Punset y no me quedaron muchas ganas de leer más. Supongo que siempre predominaba su lado científico.
ResponderEliminarPor otro lado dicen que todo lo que hacemos es ecuación numérica, no se yo si tendríamos que haber estudiado matemáticas para entender la vida. Quién sabe. Un abrazo y feliz Navidad