No podemos conocer lo que se halla
fuera
de nuestro entendimiento,
el
acceso a esa dimensión nos es imposible.
Lo
que llamamos universal,
solo
rige para nuestra concepción del todo;
un
todo que, debemos sospechar,
es
una ínfima parte
de
la inmensidad vedada a nuestro intelecto,
inmensidad
en la que ni siquiera
creo
que quepa Dios
y
ante la que resulta vana
cualquier
tentativa de lenguaje.
Un post filosófico, en tan poco espacio dices mucho. Para pensar y analizar. Fabuloso, Antonio. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita y por dejar tu comentario. Un cordial saludo.
EliminarHola, Lino. Como dijo Shakespeare: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía". Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, David, por pasar por aquí y por dejar la cita. Un abrazo!
EliminarHola Antonio, creo que en la inmensidad del intelecto ni todo está dicho, ni todo está descubierto... Pero el pensamiento es universal. Muy filosófico. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por la visita, Nuria. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola, Antonio, "lo breve si bueno...", y así es tu escrito. La concepción del todo es como llamamos al mundo conocido. La totalidad de nuestro intelecto, de momento, nos es inabarcable. Muy interesante reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, María Pilar. Un fuerte abrazo!
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