Quizá, lo único cierto,
sea
el instante inmediatamente previo
a
la escritura,
esta
fuerza que rompe en pedazos el lenguaje,
esparciendo
por mi mente palabras
como
si fueran los añicos de un cristal roto.
Quizá,
lo falso,
sea
esta labor de recomponer sus fragmentos,
dándoles
una ilusión de forma,
de
pensamiento.
Recomponer los fragmentos de esas palabras es un intento que, si tiene éxito, logrará que las frases guarden un sentido y te satisfagan sus conclusiones.
ResponderEliminarSi no es así, a intentarlo de nuevo y recomponer los añicos de nuevo.
Gracias por compartir buen contenido.
Saludos.
Gracias por la visita y por tu comentario. Un saludo, Marcos.
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