sábado, 27 de enero de 2024

Signos (2)

 

Leer un texto es seguir la dirección de los signos. No hay un adentro del texto, los signos conducen al afuera. De igual forma no hay un adentro del yo, el ser es transparencia. A través del yo se ve la otredad.

¿El texto es objeto o sujeto?, porque aquí no soy solo yo el que escribe, hay una multitud de voces que me dictan esto que se escribe.

No hay significados dentro del texto, el significado es también una palabra. El sentido está donde se acaban las palabras, en el vacío de conceptos; ante este abismo, el ser enmudece.

El tiempo es la sucesión de los signos: aritmética. En el principio fue una explosión de signos; la escritura les dio el orden: cosmogonías. La letra de la ley produce códigos religiosos y morales: logos, legere, lex… Adviene el imperio de la ley y los estados comienzan a acuñar moneda.

El cultivo de las lenguas da origen al excedente: la literatura, el lenguaje como mercancía. El signo se convierte, también, en moneda de cambio. El dios Amón exige a sus súbditos todo el oro del imperio para que el faraón pueda llevarse el Sol a su tumba.

jueves, 25 de enero de 2024

Señales

 Quisiera dedicarme

a la contemplación

serena de las cosas;

fijar en mi memoria

las diversas formas y esencias,

porque no sé si habrá

una nueva oportunidad de hacerlo.

Muchas cosas se están extinguiendo

y otras tantas se encuentran

en peligro inminente

de desaparecer.

No sé qué puede significar esto,

quizá, sea un signo de nuestra época,

la crisis de sentido

en que nos hallamos inmersos;

como si no fuésemos

capaces de interpretar las señales

y ya nada significara nada.

domingo, 21 de enero de 2024

El dios de las cosas

Pronto, no te preocupes,

está al llegar, ya queda poco,

nos pagarán por perder el tiempo;

la productividad ya no dependerá de nosotros,

la ciencia nos liberará del trabajo

y pasaremos a ser consumidores autómatas.

Habremos superado la división del trabajo

y daremos el salto a la división de las compras,

consumiendo, vorazmente,

para justificar la existencia de la robótica.

Se nos exigirá holgazanear,

permanecer ociosos y aburridos,

ser fuentes de insaciable necesidad

para no interrumpir el flujo de producción masivo.

La escasez de recursos dejará de preocuparnos,

porque nuestra imaginación creadora se volverá inagotable.

Por primera vez en la historia,

viviremos en un régimen de esclavitud gozosa,

sin esfuerzos, sin azotes,

porque el dios de las cosas

atenderá con prodigalidad nuestras plegarias.

La publicidad será la nueva religión

y los directores de marketing sus sacerdotes.

Nuestra fe será inquebrantable

y, por fin, habrá cesado

la explotación del hombre por el hombre.

jueves, 18 de enero de 2024

Soplo

 Quizá, lo único cierto,

sea el instante inmediatamente previo

a la escritura,

esta fuerza que rompe en pedazos el lenguaje,

esparciendo por mi mente palabras

como si fueran los añicos de un cristal roto.

Quizá, lo falso,

sea esta labor de recomponer sus fragmentos,

dándoles una ilusión de forma,

de pensamiento.

jueves, 11 de enero de 2024

Acotaciones

 No podemos conocer lo que se halla

fuera de nuestro entendimiento,

el acceso a esa dimensión nos es imposible.

Lo que llamamos universal,

solo rige para nuestra concepción del todo;

un todo que, debemos sospechar,

es una ínfima parte

de la inmensidad vedada a nuestro intelecto,

inmensidad en la que ni siquiera

creo que quepa Dios

y ante la que resulta vana

cualquier tentativa de lenguaje.

domingo, 7 de enero de 2024

El juego de la escritura

 Todavía no he llegado a este tiempo.

Visito antiguas civilizaciones,

exploro ruinas, estudio lenguas ya muertas:

silencios de los que proceden todos los conceptos.

Descifro signos, cuñas en tablas de arcilla,

ideogramas, el aleph, el alfa y la omega;

el ser humano siempre en busca de principios

que ordenen su extrañamiento.

El juego de la escritura, trazos en la estela

de una realidad evanescente

y la invención de la verdad

como metáfora unánime de la existencia.