Pronto, no te preocupes,
está al llegar, ya queda poco,
nos pagarán por perder el tiempo;
la productividad ya no dependerá de
nosotros,
la ciencia nos liberará del trabajo
y pasaremos a ser consumidores
autómatas.
Habremos superado la división del
trabajo
y daremos el salto a la división de las
compras,
consumiendo, vorazmente,
para justificar la existencia de la
robótica.
Se nos exigirá holgazanear,
permanecer ociosos y aburridos,
ser fuentes de insaciable necesidad
para no interrumpir el flujo de
producción masivo.
La escasez de recursos dejará de
preocuparnos,
porque nuestra imaginación creadora se
volverá inagotable.
Por primera vez en la historia,
viviremos en un régimen de esclavitud
gozosa,
sin esfuerzos, sin azotes,
porque el dios de las cosas
atenderá con prodigalidad nuestras
plegarias.
La publicidad será la nueva religión
y los directores de marketing sus
sacerdotes.
Nuestra fe será inquebrantable
y, por fin, habrá cesado
la explotación del hombre por el hombre.
A mi me inquieta que no se nos permita permanecer ociosos y aburridos sino que la tecnología nos someta a servidumbres en todos los ámbitos. La esclavitud ya es un gozo, la publicidad ya es la nueva religión, en efecto. Muy buena tu alegoría.
ResponderEliminarTe recuerdo que mi blog está ahí para comentar cuando desees.
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Saludos
Vivir en un mundo de holgazanes no es nada apetecible. Pero si es cierto que las tecnologías están arrastrando a mucha gente a una vida dependiente de la tecnología y el sedentarismo. Un abrazo
ResponderEliminarEl sedentarismo ya es una plaga hoy día, no sé qué puede devenir...
ResponderEliminarAplausos
Hola, Amaia. Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario. Un abrazo.
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