domingo, 4 de febrero de 2024

Signos (3)

 

Si arrancáramos la raíz de las palabras eliminaríamos la lengua y el mundo enmudecería. No se trata de descender hasta las raíces, sino de descender hasta el agua.

Los dioses lo tienen todo dispuesto y el altar está preparado para los sacrificios.

La marca que exhibe la clientela como signo de pertenencia a la casa, el logotipo que les identifica y les provee de un estatus; escribir es hacer marcas en la superficie de un cuerpo.

La marca necesita extender su huella para hacerse omnipresente y para ello requiere de la creación de nuevos espacios; conquistado el cuerpo físico nos procura el cuerpo virtual, en el que nosotros mismos somos marca de la marca. Así compite con la huella de Dios.

 “Pienso, luego existo”; “la religión es el opio del pueblo”… máximas del saber que devienen eslóganes, el espíritu del tiempo sabe adaptarse a nuestra indigencia,

 La comunidad, una red interminable de contagio del deseo; nadie es inmune al deseo.

 Internet es el signo de nuestro deseo de absoluto.

 Decir Dios es no decir nada, Dios es insignificante.

 ¿Con qué signos escribe en nuestro ser la experiencia? ¿Somos impresiones de las cosas? ¿Copias de la copia? La originalidad está en lo insignificante.

 Necesito que el texto se abra a todos los sentidos para así poder desligarme del sujeto y no predicar; inventar nuevas formas de la irreligiosidad.

2 comentarios:

  1. Todo es insignificante, excepto la vida que es tan grandiosa que tiene un irremediable final. Un placer leerte. Abrazos

    ResponderEliminar